Ventajas y desventajas de las cápsulas de sales minerales

En muchos de los artículos que vamos desarrollando en el blog Feed Your Dreams hemos hablado de la importancia que tiene una correcta hidratación para la realización de actividades deportivas.
En general, todo lo relacionado con la nutrición es importante pero, como hemos recalcado hasta la saciedad, si bien en el aspecto energético podemos permitirnos alguna que otra licencia porque tenemos reservas de sobra en el cuerpo, en el tema del líquido no hay apenas margen de error y es imprescindible que controlemos bien lo que ingerimos y que lo hagamos periódicamente porque, si no, la maquinaria se para y, no sólo eso, sino que las consecuencias pueden ser más graves de lo que algunos se piensan.
Cuando hablamos de la hidratación, deberíamos visualizar no sólo el líquido en sí mismo sino también las sales minerales e iones que el cuerpo necesita para poder llevar a cabo los procesos metabólicos que nos permiten continuar realizando la actividad física y, no sólo eso, sino vivir.
Para esta reposición, hay infinidad de alternativas y la más utilizada hasta ahora ha sido la de las bebidas energéticas a las que se les suele añadir cierta cantidad de sales minerales para que, en mayor o menor medida (en función de su concentración), nos permitan
Es una forma muy cómoda y práctica y funciona muy bien, pero no está exenta de inconvenientes (p. ej. implica estar ingiriendo continuamente cierta cantidad de hidratos de carbono), de ahí que, con el tiempo, hayan surgido las bebidas “sólo de sales, donde la cantidad de hidratos de carbono es inexistente o muy pequeña (p. ej. 226ERS Isotonic Drink).
Pero la cosa no se ha parado ahí sino que, de un tiempo a esta parte, se está popularizando cada vez más el formato pastilla o cápsula que, tras un inicio un tanto dubitativo, ha pasado a ser un tipo de producto cada vez más común (p. ej. las dos opciones que ofrece 226ERS: SUB9 Salts Electrolytes y Salts Electrolytes).

Motivos no le sobran porque es un formato muy práctico pero, como todo, tiene sus ventajas e inconvenientes como vamos a ver a continuación.
Ventajas

  • No necesitan disolverse en líquido sino que se pueden tomar directamente.
  • Podemos disolverlas en líquido como si fueran un preparado de sales.
  • Eliminan la dependencia de otros líquidos salvo el agua. Muy importante en competición ya que, aun sabiendo qué bebida isotónica van a preparar, puede no estar correctamente mezclada, a una temperatura inadecuada, etc.
  • Ocupan muy poco espacio y son fáciles de portear, algo vital en competiciones o entrenamientos largos.
  • Controlamos exactamente cuánta cantidad de sales minerales ingerimos en cada toma.
  • No tienen sabor, por lo que las podemos tomar combinadas con cualquier otra cosa (geles, barritas, líquidos, …).
  • El impacto sobre el sistema digestivo es muy pequeño.
  • No generan residuos que tenemos que tirar en papeleras o contenedores (y llevarlos encima hasta que llegamos a esos sitios).
  • Con un poco de práctica, podríamos llegar a ingerirlas prácticamente sin líquido.
  • Podemos tomarlas aún con el estómago en malas condiciones, cuando no tenemos hambre o apenas nos pasa ya alimento.

Desventajas

  • La toma la realizamos completa, toda “de una” (al tragar la cápsula), no de manera progresiva como sí ocurre p. ej. con las bebidas preparadas.
  • No siempre vienen en envases individuales sino que suelen comercializarse en botes con lo que hay que inventarse apaños caseros para llevarlas durante los entrenamientos o competiciones. Una de las pocas opciones que hay (si no la única) en envases individuales son las SUB9 Salts Electrolytes.
  • Necesitamos líquido añadido para tragarlas porque, si no lo tomamos, pueden generar nauseas o vómitos al llegar al aparato digestivo debido al exceso de concentración de las sales.
  • Para poder disponer del contenido de las sales hace falta más tiempo, hasta que llega al estómago y se disuelve la cápsula.
  • El organismo no tiene feedback de lo que hemos ingerido. Ese feedback a veces ayuda, tanto de cara a que seamos conscientes de que hemos ingerido las sales como para quitarnos la sensación de necesitarlas.
  • Esa falta de feedback o la facilidad de toma ha llevado a algunos a pasarse de dosis (no sería el primer caso de alguien que ante el miedo de acalambrarse o cuando empieza a notar los síntomas, se toma una cada poco tiempo y al final se pasa de sales, con lo que es peor el remedio que la enfermedad).

Conclusión
Como veis, las cápsulas y pastillas de sales no son ni buenas, ni malas, ni mejores ni peores, simplemente una de las muchas opciones que tenemos para afrontar la suplementación de los minerales que necesitamos.
Habrá momentos en los que nos irán mejor y otros en los que no se amoldarán a lo que requerimos, pero no está de más probarlas alguna vez para ver “en real” qué tal nos desenvolvemos con ellas, qué tal las toleramos, etc.
Si las has utilizado alguna vez, ¿nos cuentas qué te han parecido y qué tal te han funcionado?
Y, si nunca las has usado, ¿te atreves a darles unas oportunidad? Seguro que no te defraudan.
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