5 trucos para aprovechar al máximo tu descanso activo

Has acabado una semana de carga intensa y todo el mundo te dice que debes aflojar, que estás muy fuerte, pero que el cuerpo necesita recuperar.

O quizá acabas de realizar el objetivo de la temporada y no quieres perder ese estado de gracia, pero tienes miedo a sobreentrenar. Algo has leído por ahí del descanso activo, relajar el ritmo para que el organismo vuelva por su cauce a un estado óptimo de recuperación sin parar de golpe y perder la forma adquirida.
Pero qué fácil es salir a entrenar diciéndote «Hoy suave, no te aceleres, frena, no te piques» y acabar dando más de lo que deberías porque en realidad te sientes bien y te apetece darlo. Sobre esto pocos consejos podemos darte, el autocontrol depende de ti mismo.
Lo que sí podemos hacer es darte son unos trucos para aprovechar al máximo esa «retención del ansia» en las sesiones de descanso activo.

1. Rehidratación

Es vital eliminar las toxinas que nuestro cuerpo acumula en los periodos de carga. Para ello es necesario poner especial énfasis en la ingesta de líquidos.
Una fórmula es beber 1,5 litros de agua por cada kilo perdido después de entrenar. Si esto lo complementas con sales minerales mucho mejor, pues además de eliminar toxinas estarás reponiendo electrolitos.

2. Cuidado con el running

Dependiendo de tu estado de forma o nivel de exigencia quizá la mejor manera de recuperar, tras una competición o periodo de carga, sea sencillamente andar.
Recuerda que se trata de reducir gradualmente el esfuerzo, el impacto de la carrera puede resultar demasiado agresivo. Otras opciones pueden ser el ciclismo (suave) o la elíptica.

3. Lento pero largo no vale

Cierto es que lo importante aquí es la intensidad, reducirla a un punto cómodo en el que los músculos recuperen sin dejar de ejercitarse.
Pero esto no significa que podamos rodar tiradas largas a bajo ritmo, aquí la degradación muscular es igualmente severa, con lo que no estaríamos ganando nada.

4. Estira

Vale, este consejo es obvio, pero al realizar un ejercicio de poca intensidad podemos llegar a creer que no nos hace falta estirar.
Error, siempre hay que estirar, especialmente si lo que queremos es regenerar nuestro músculo y hacerlo más fuerte y resistente.

5. Reposición de glucógeno

Quizá pienses «Voy a bajar la ingesta de hidratos, ya que subiré de peso al reducir la intensidad».
Todo lo contrario, necesitamos alimentar a los músculos con glucógeno y nutrientes para que puedan recuperarse y hacer que el esfuerzo de semanas anteriores se consolide.
Además es recomendable consumir recuperadores musculares que aporten un buen equilibro entre hidratos, proteínas y aminoácidos que ayudan en la recuperación.

¿Practicas la recuperación activa? Cuéntanos tu experiencia!

 

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