La mente y el corredor de fondo

Marta Esteban, atleta de resistencia y especialista en Medicina Nuclear, se estrena en nuestro blog con un post sobre la parte mental del corredor de fondo.

El pasado medio maratón de Valencia me retiré en el km11.
Corría en casa, el ritmo era perfecto, con garantías de estar entera hasta el 15, los entrenamientos y carreras anteriores así lo decían, llevaba gente acompañándome, no hacía prácticamente aire y el calor no era sofocante. Esa mañana desayuné con la bebida energética Energy Drink Sub9 de 226ers y unas tostadas, como siempre, y me esperaban en el km15 con un gel de 226ers (el energy plus, con cafeína), todo controlado.
El lunes me hice una analítica y todo salió perfecto. ¿Entonces? ¿Qué hizo que no pudiera seguir el ritmo de mis compañeros ni en el km5? ¿qué ocurría en mis piernas, que pesaban tanto pese a haber hecho bien la descarga de kms los días previos?
El atleta de fondo es complicado, lidiar con el día a día y soportar toda la carga de trabajo suele ser factible, pero hay veces que la mente da un giro inesperado y las tensiones apenas perceptibles se convierten en una losa y pese a que físicamente estamos preparados…el cerebro manda una orden para que sea lo contrario. Se cansa de tanta tensión, no quiere sufrir más. Eso, ni más ni menos, fue lo que me ocurrió para que me tuviera que retirar en casa, delante de tanta gente conocida y con la cabeza bien cabizbaja, sin tener ni idea de lo que había pasado.

La cabeza (la mente) está detrás de todos nuestros grandes logros…y fracasos.

Hay multitud de bibliografía sobre el tema de la importancia de la mente en los atletas, sobre todo, creo yo, en aquellos de larga distancia. Sé que no a todo el mundo el reflexionar sobre su forma de vivir, de ver las cosas y de enfrentarse a ellas, le puede afectar tanto. Pero desde luego yo soy de las que está convencida que la cabeza (la mente) está detrás de todos nuestros grandes logros…y fracasos.
Un gran corredor de maratón será aquel que ha conseguido pasar y recrearse en su preparación sin excesivas tensiones, con la seguridad que le da el mismo entrenamiento y que tenga unos objetivos mínimamente ambiciosos (tanto como realizables) para poder encarar la línea de salida con motivación extra. Durante la carrera estará tranquilo y así asimilará el ritmo de sus piernas, sin dar más vueltas a la cabeza que la de su propia concentración en el siguiente paso kilométrico, de avituallamiento, línea azul, o próxima vez que aparezca un familiar a animar. Serán pequeños deseos durante ese gran reto, pero asimilables por una mente que ya de por sí es un torbellino, lidiando con el cansancio acumulado…dejemos que ganen las endorfinas.
Así que, por mi también va, si tanto nos cuesta entrenar físicamente, cuidemos la mente y saldremos de muchos apuros.

Mucha suerte a tod@s!

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