Resistencia vs. Intensidad

Jessica Mataix, corredora de ultra-trail y Program 226ERS, reflexiona en su primera entrada para #FEEDYOURDREAMS sobre la dureza de las pruebas de ultrafondo y su comparación con los esfuerzos cortos y de alta intensidad.

En mi primer post como blogger de 226ERS me gustaría presentarme, además de agradecer a 226ERS la oportunidad de estar rodeada virtualmente en este blog de tanto profesional y deportista. Soy Jéssica, 31 años, ingeniera, «empresaria» (socia de una micropyme, que solamente me da para vivir; que la palabra empresario parece que implique estar forradísima) y sobre todo deportista; además de compartir más de media vida con otro a quien podríamos ponerle los mismos adjetivos que a mi, con algún añito más.
Runner desde hace 6 años, cuando por cumplir un reto, me puse a correr y logré finalizar una maratón de asfalto con sólo 4 meses de entreno (y os aseguro que nunca había corrido más de 20 minutos seguidos). Pero la vida va planteándote retos, y generalmente no me gusta darles la espalda. Así, reto tras reto me fui pasando a la montaña, y en ella, a recorrer distancias largas.
Pese a centrarme en distancias largas y ultrafondo, no me gusta dejar de lado distancias más cortas, ya que tengo claro que la montaña te hace lenta; y más en largas distancias donde camino bastante. Incluso participo en Kilómetros verticales, pruebas en las que en unos 4-5km de distancia, se ascienden 1000m positivos. Explosivos es poco.
Y es en la diferencia abismal de ambos tipos de carrera, donde quiero que valoremos qué es más exigente: un ultra de 110 km con más de 8000m positivos, que me llevó 27h acabarlo; o un km vertical de 4 km y 1 hora de subida. En un ultra evidentemente las pulsaciones son más bajas, más constantes, pero sin descansar nada durante toda la carrera. Y en un km vertical las pulsaciones y respiración van aceleradísimas durante toda la prueba. Yo lo tengo claro, me supone más esfuerzo la prueba explosiva, y en la otra menos esfuerzo pero más prolongado.
Un Ultra Trail se corre más con cabeza que con piernas; llega un momento en que es increíble cómo se puede correr, caminar y no parar aunque las piernas duelan. Y cómo los últimos km la motivación impulsa más que las piernas también. El factor del sueño también aparece, y a cada uno le afecta de forma diferente. Acabar un ultra trail mucha gente podría acabarlo, sólo hace falta querer (y no pasarse de ritmo). Otra cosa es ganarlo, para eso ya hay unos cuantos «elegidos».
No soy médico, ni nutricionista, ni licenciada en educación física, y es por eso que desconozco a nivel neuronal y físico lo que realizar una actividad durante tantas horas seguidas puede suponer. Pero creo que al no poner el corazón tan al límite (al contrario de un km vertical), no debería ser tan malo… ¿o sí?
Imagen: José Mestre

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